Teresa, la niña misionera
Teresita nació en Rusia y le pusieron el nombre de Angelina, pero a los tres años de edad vino a vivir a España, pues fue adoptada en el año 2014 por un matrimonio español, Teresa y Eduardo, quienes al bautizarla la llamaron Teresa.
Sus padres se dieron cuanta muy pronto de que era una niña tremendamente alegre a la que además, le importaba muchísimo la felicidad de los demás, y no soportaba ver a alguien triste o necesitado de cariño. Tanto es así que cuando aún estaban en Moscú, un día en el metro se soltó se soltó de las manos de sus padres para saludar a una pobre mujer que estaba mendigando y se puso a hablar con ella hasta hacerla sonreir. La buena mujer, a pesar de ser pobre… ¡le compró un huevo de chocolate y no permitió que sus padre se lo pagaran!
En otra ocasión, ya en Madrid, se acercó a otro pobre inválido, a quien dio un beso y un abrazo. Y es que no soportaba la tristeza a su alrededor, y por donde pasaba iba regalando sonrisas, llevando la alegría a todo el que se cruzaba.
Enseguida se destacó por tener una vida espiritual profunda, seria y fuerte, lo que la llevaba a oír misa y comulgar todos los días. Al mismo tiempo le encantaba jugar y relacionarse con los demás niños de su edad. Sabía vivir una fe seria y llena de alegría que contagiaba a todos cuanto la conocieron.
En el año 2015 teresita se puso muy enferma, y los médicos encontraron que tenía un tumor cerebral. A pesar de ser muy pequeña, entendió que aquello era voluntad de Dios y lo aceptó, aunque ella tenía un sueño: quería ser misionera para ayudar a que todo el mundo conociera lo bueno que es Dios y cuanto nos quiere. Se lo explicó así a una compañera de catequesis que le hizo una entrevista cuando estaba en el hospital de la Paz , un mes antes de fallecer, y que sus padres han dado a conocer.
Entrevista a Teresita: “Quiero ser misionera para ser santa” *
¿Por qué quieres ser misionera?
Así estoy más cerquita de Jesús y me siento más santa. Quiero llevar a los demás con Jesús, y a los niños que no lo conocen, para que vayan al cielo felices para siempre, siempre.
¿Qué significa ser misionera?
Llevar a la gente al cielo.
¿Qué haces como misionera?
Hablar de Jesús siempre y dar alegría. Estos días que he estado malita lo he estado ofreciendo por gente: por alguien que esté malito, por los sacerdotes…
¿Qué les dirías a los niños para animarles a ser misioneros?
Que sean felices, que sean amigos de Jesús y que estén siempre junto a Él.
* Entrevista compartida por sus padres a “REGNUM CHRISTI”
Los médicos la sometieron a una dolorosa operación y tras un año de recibir un tratamiento muy fuerte que le debilitaba mucho, Teresita mejoró bastante. Sin embargo, después de tres años empeoró y tras un golpe que se dio en el patio de recreo tuvo que dejar de asistir al colegio y a finales del 2020 la tuvieron que ingresar en el hospital, con unos dolores fortísimos de cabeza. Pero ella no perdía la sonrisa y seguía alegrando a todos los que se le acercaban.
Un día le dijeron que iban a volver a operarla y entonces se encomendó a Carlo Acutis, y a Montse Grasses, quienes están en el cielo después de haber vivido una experiencia parecida. Sin embargo la operación no se pudo realizar y el tumor iba creciendo provocándole mayor sufrimiento. Teresita se dio cuenta de que si ofrecía a Dios sus dolores podía hacer un inmenso bien a la Iglesia, pues es algo así como ayudar a Jesús a llevar su Cruz, así que le dijo a su madre: “Lo estoy ofreciendo por la gente; por ejemplo, por alguien que esté malito, por los sacerdotes…”
¡Y es que no se olvidaba de su afán misionero, de sus ganas de acercar almas a Dios!
Llegó un momento en que ni siquiera podía beber, por lo que las enfermeras le daban el agua empapando unas gasas y acercándoselas a la boca, lo que hacía que se pareciera más a Jesús en la Cruz.
Durante sus últimas semanas de vida, el día de la Virgen de Lourdes, que es la patrona de los enfermos, Teresita conoció a un sacerdote, don Ángel Camino Lamela, a quien trasladó su enorme deseo de ser misionera con estas palabras:
“Quiero ser misionera, quiero vivir por Jesús”
Don Ángel la acompañó hasta el final, profundamente conmovido por la alegría que Teresita mostraba a pesar del dolor, le daba la comunión todos los días y cuando le administró los últimos sacramentos hizo realidad el sueño de nuestra amiga: Pidió un permiso extraordinario a la Iglesia para poder nombrarla misionera, lo que pudo hacer a través de una oración y haciéndole entrega de una cruz y un documento que así lo atestiguaba. Con una gran alegría, la niña le pidió: “esa cruz pónmela en la barra para que la vea bien, y mañana me la llevo al quirófano. Ya soy misionera”
Testimonio del P. Ángel Camino, osa, Vicario de la VIII vicaría de Madrid
El domingo 7 de Marzo a las 9 de la mañana, la misionera Teresita se fue al Cielo a los brazos de Jesús, a quien tanto amaba. Don Ángel Camino nos invita a todos en una carta que ha escrito a